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  • Antología del narcotráfico en Chihuahua desde la nacha .. hasta Vicente Carrillo Fuentes y Joaquín “el Chapo” Guzmán.
  • De policías corruptos están llenos camposantos y cárceles en todo el país.
  • Testigo protegido, Guillermo Prieto Quintana.
  • Pelean a muerte la millonaria herencia de Vicente González.
  • El Heraldo se mancha con la muerte de Carlos Rojero
  • Abelardo Venegas perseguía a pariente de Procuradora.

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AMADO CARRILLO

El Año 2008 será recordado como un capitulo atípico en la historia de Chihuahua. El año de la Bestia. Un año en el cual el luto, la sangre, y las lágrimas, se han derramado por doquier en la vasta geografía de la entidad, a consecuencia del terror, el desasosiego y la intranquilidad que ha trastocado y socavado el principio de autoridad de los tres niveles de gobierno. El poder del narcotráfico y el crimen organizado lamentablemente le están esta ganando la batalla ya no solo a las autoridades civiles, sino a las mismas Fuerzas Armadas. . Las narco-ejecuciones, los ajustes de cuentas, la violencia generalizada, ya no solo en las calles de las urbes importantes- Ciudad Juárez y Chihuahua, sino en comunidades semi- urbanas, como Villa Ahumada, Ascensión, Hidalgo del Parral, no son más que el resultado de lo que se fue fraguando con el devenir de los años en la alguna vez llamada románticamente, “Cuna de la Revolución” A ciencia y paciencia de gobiernos tricolores y por supuesto blanquiazules. Desde principios de los 30s, cuando el narcotráfico todavía no enseñaba sus mortales fauces hasta nuestros aciagos días, el poder corruptor de este flagelo social ha tejido una estela de crímenes, de odios, de sinrazón, de crueldad que hoy tienen convertida a Chihuahua, en el estado más violento del territorio nacional y por si fuera poca esta desgracia, además, en el bastión más importante de dos de las bandas de droga más peligrosas y sanguinarias, que se tenga memoria, como lo son, el “Cártel de Juárez”; antaño comandado por el extinto capo, Amado Carrillo Fuentes, sobrino de Ernesto Fonseca Carrillo, alías “Don Neto” y desde luego de Vicente Carrillo, apodado en el bajo mundo de las drogas, “El Viceroy”. ,

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VICENTE CARRILLO

También la de Joaquín Guzmán Loera, alías “el chapo” evadido del penal de Puente Grande, Jalisco, el 19 de enero del 2001, para que a la vuelta de varios años, encabece el cártel de, “La Federación” Hoy para desgracia de los ciudadanos chihuahuenses que tienen una manera honesta de vivir, y que no tienen nada que ver en los sucios negocios de ambos capos de estos dos funestos y temibles cárteles, de acuerdo a fuentes bien informadas, han aliado sus multimillonarios capitales, lugartenientes, y sicarios para mediante el terror y la intimidación, acabar con las bandas rivales, instaladas en Tamaulipas y Baja California, territorios sagrados del “Cartel del Golfo” y obvio de Osiel Cárdenas Guillén y los alicaídos Arellano Félix, respectivamente. Haciendo una breve historia de los prolegómenos de lo que hoy se conoce como delincuencia organizada y narcotráfico y que nacería en lo que alguna vez se llamara Paso del Norte, hoy, Ciudad Juárez., intentaremos desde esta tribuna que pocos, muy pocos caros leyentes me distinguen con su preferencia, destacar a los personajes más resonantes de ese sub-mundo que se hayan instalado durante años, sobre todo, en la fronteriza urbe, donde la violencia es un recuerdo que acumulándose, con sonidos metálicos, impregnados con el aroma de pólvora, escupida por las mortíferas AR-15 o las AK-47, aderezada de polvo de cocaína o de la cannabis indica. Donde la muerte de miserables mujeres se hace presente en la resolana de dichas tierras semi desérticas, donde el paso inexorable del tiempo no aplaca los refinados gustos por la heroína, llamada por los “primos gueros” de allende el Bravo, la mexican brown, donde brotan como hongos alucinógenos las paupérrimas villas atiborradas de eternos aspirantes a cruzar el Bravo. Juárez, una urbe de clima extremoso, soporífero, que creció y se consolidó sustentada en el contrabando de alcohol, de morfina, de marihuana, de cocaína, de fayuqueros, de migrantes, de prostitución y de la esclavizante industria maquiladora surgida en 1965. Donde la sucesión de muertes aturde y trastoca. Donde los cadáveres encobijados y con el clásico “tiro de gracia” se abandonan en cajuelas, o en camposantos particulares propios de la mafia. Donde los narcos imponen la ley, su ley……. A finales de la década de los años 20s, surgiría en el firmamento de aquella urbe fronteriza por primera vez el nombre de Ignacia Jasso, apodada “La Nacha” por sus más allegados, una mujer, quien según las crónicas periodísticas de aquellos tiempos y algunos textos a los cuales hemos tenido acceso de leer y consultar, era de aspecto introvertido, de estatura pequeña, de cara ancha, que adornaba con un cabello negro azabache, siempre peinado hacia atrás, quien con sagacidad e inteligencia compraría silencios, abonó a la discrecionalidad y a la protección de los policías y políticos. Para poder operar sin problemas y sobresaltos. Justamente como ocurre en los tiempos actuales, cuando gobernadores, alcaldes, comandantes policíacos, procuradores, del color que sean, se hacen de la vista gorda y “no ven, ni oyen, ni saben nada”, pero que tal, para recibir los diezmos a través de sus negros personeros. Esos si deben llegar puntualmente, en efectivo y en billetes verdes. A punta de balazos se haría del control de dicha plaza. Y se puede decir que en aquellos tiempos se establecería el primer cártel de las drogas, que disputaban la codiciada frontera a muerte con la banda de los chinos y que también estaban en la puja por tan apetitosa y suculenta zona para el trafique de estupefacientes. En 1947, serían asesinados alrededor de once chinos, que controlaban desde dicha frontera el tráfico del opio, el cual llegaba procedente desde la lejana, China. Nunca se le pudo comprobar la autoría intelectual a la Nacha, pero para todos era un secreto a voces que la esposa de Pablo Ruiz González, denominado “el Pablote” había sido la dama que habría ordenado la múltiple ejecución de sus competidores. No con ráfagas de metralleta como se estilaría 50 o 60 años más adelante. Aniquilados sus competidores del millonario negocio, la pareja, establecería los contactos directamente con distribuidores de amapola y heroína de Culiacán y Torreón desde donde se abastecerían en lo sucesivo. De ahí en adelante todo fue miel sobre hojuelas para “la Nacha”, por qué quien llevaba la batuta, era esta dama, y no su dócil concubino, quien se encargaba del manejo administrativo y del pago a los presidentes municipales en turno y a las diversas corporaciones policíacas, Ignacia Jasso, con agallas y arrojo, escribiría pues, buena parte de las páginas negras de lo que sucedía en el sórdido mundo de las drogas de aquellas épocas. Su organización criminal, funcionó exitosamente como una empresa familiar, como luego lo harían décadas más adelante, los Carrillo Fuentes, por citar algunos, en lo que se refiere al contexto de Juárez.

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JOAQUÍN GUZMAN LOERA

De todos es bien sabido, lo que harían por su parte otras familias “distinguidas” de otras latitudes, dedicadas al comercio de drogas, como los Caro Quintero, los Arellano Félix, los García Abrego, los Amezcua, entre otros. A la Nacha, mucho le ayudaría el factor xenofóbico que se tenía en contra de todo lo que oliera a dicho país de oriente, atizado por el espíritu revolucionario de los presidentes de aquellos tiempos; Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, entre otros, quienes veían con malos ojos todo lo que oliera a la inmigración oriental y desde luego para congraciarse con el gobierno de los Estados Unidos. En aquellos tiempos, sobra decir que la vida de un chino, valía poco menos que un cacachuate, lo que con el correr de los años cambiaría diametralmente, más adelante con escandalosos asuntos de tráfico de drogas, teniendo como personajes centrales a narcotraficantes chinos. A guisa de ejemplo, está el caso de Zhenli Ye Gon. Toda una época se apoderó de la plaza de Juárez, la Nacha, quien tuviera como centro de operación las populosas colonias de la Chaveña y la Bellavista. Su palabra era ley y se obedecía al pie de la letra. Muchas veces con sangre para los que dudaran de su código. De los descendientes que procreara esta adelantada mujerona con “El Pablote”, según se sabe, solo varios de ellos, le seguirían sus pasos, aunque por corto tiempo y desde luego sin el talento y la sapiencia para trascender en tan competido mundo de las drogas……. * * * *

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OSIEL CARDENAS GUILLEN

Años más tarde en otra frontera, no muy lejos, otro turbio personaje, surgido de la inopia, escribiría con letras grandes y negras, su propia historia, Pablo Acosta Villarreal, llamado por sus seguidores y detractores; “el Zorro de Ojinaga”. Aunque también le apodaban, “El pablote”. Corría el año de 1976, cuando empezarían a descollar su nombre y apellidos en dichas latitudes extremosas, en los tiempos del ex gobernador, Oscar Flores Sánchez, y, no necesariamente por la extensión de sus dominios o territorios, sino por su eficacia para transportar la droga al otro lado del histórico, Río Bravo. Enormes volúmenes de marihuana, introducía casi en las narices de policías norteamericanos. Aunque su área de operación se remitía a dicha frontera, que no excedía a los diez mil habitantes por aquellos años,, la relevancia que fue adquiriendo, le haría tener una influencia decisiva en toda la vasta entidad. Su nombre y reconocimiento por ser un excelente pasador que llegaría a dominar el Río Grande, como nunca antes lo hubiera logrado, hasta formar los cimientos de lo que sería el Cártel de Juárez, Presumía a sus más allegados, que “podría pasar a un camello por el ojo de una aguja”.Acosta Villarreal, gustaba de los sombreros finos. Antes de que moviera drogas, se dedicaba al negocio de moda por aquellos años, la fayuca, empero pronto se percato que era mucho más redituable, pasar al otro lado de la franja limítrofe, cocaína, heroína y marihuana. De rostro duro, espeso bigote, de pocas palabras, a los que dudaban de “su autoridad”, les hacía pagar con sus vidas, su osadía de desafiarlo. Fue el caso del narcotraficante Fermín Arévalo, su competidor, que lo quiso brincar o demostrarle que tenía más poder que aquel. Con su vida pagaría dicha afrenta. A plena luz del día, luego de haberlo torturado y desollado, se dio el gusto de arrastrarlo frente a la plaza principal, para que los demás escarmentaran o supieran a las consecuencias que se harían merecedores. Tan intocable se sentía de las autoridades de los tres niveles de gobierno, que concedió una entrevista exclusiva al reportero norteamericano, Terrence E Poppa, del vespertino, El Paso Herald Post, en las cuales ventilaba de las relaciones que mantenía con políticos, funcionarios policíacos y con altos mandos militares, los cuales mensualmente eran apoyados con iguales de miles de dólares. A la sazón, esas pláticas sostenidas con el temible capo, le permitirían escribir un libro best seller, llamado Drug Lord, algo así como “El Capo de las Drogas”. La publicación de dicha entrevista, en dicho rotativo, donde también se edita hasta la fecha, “El Paso Times”, se convertiría en el principio del fin para Acosta Villarreal y sus peligrosos secuaces. La exhibida de diferentes instancias gubernamentales precipitaría su caída a los pocos meses después.

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VICENTE FOX

Prefirió ser asesinado, antes que entregarse a las autoridades mexicanas y estadunidenses que ya le seguían la pista en un operativo en su rancho en la comunidad de Santa Elena a principios de abril de 1987- recién acababa de arribar a la gubernatura de Chihuahua, Fernando “el católico” Baeza Meléndez- encabezado por el comandante de la Policía Judicial Federal, Guillermo González Calderoni, destacamentado en Juárez. Justamente tras la muerte de Acosta, empezaría a fraguarse el nombre de Amado Carrillo Fuentes, quien desde ese momento tomaría la batuta, hasta julio de 1997, cuando el entonces denominado “Señor de los Cielos” moriría en la fría plancha en un quirófano del hospital Santa Mónica de la Ciudad de México, tras haberle practicado varias cirugías estéticas para evadir el cerco policíaco de las autoridades que le pisaban los talones muy de cerca. Antes de caer muerto, Acosta Villarreal, su jefe de seguridad o jefe de escoltas, era nada más, pero nada menos que Amado Carrillo, quien se fue ganando a pulso la confianza del nativo de Ojinaga. Desde ese momento, junto con su hermano menor, Vicente y Efrén Herrera, pondrían las bases de una de las bandas criminales más poderosas de las que se tenga memoria en México y en toda América, muy semejante a la del extinto colombiano, Pablo Escobar Gaviria, quien pondría en un puño a varios Primeros Mandatarios de aquella nación sudamericana… Según informes de las autoridades de la DEA, Amado, había empezado a trabajar con “El zorro de Ojinaga” cuando apenas frisaba los 25 años de edad por “recomendaciones” de Ernesto Fonseca Carrillo, alías “Don Neto,” tío de los Carrillo Fuentes. Amado trascendería como ningún otro capo mexicano, por su habilidad de mover cocaína en aviones Boeing, procedentes desde Colombia hasta el mismo corazón de los Estados Unidos, burlando los radares y la vigilancia del FBI, La DEA, entre otras corporaciones antidrogas de la administración Washington…….. * * * *

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JESUS GUTIERREZ REBOLLO

Apagada la buena estrella de Acosta Villarreal a manos de Guillermo González Calderoni, quien con el paso de los años se erigiría en un super cop, protegido del régimen de Carlos Salinas de Gortari, Amado Carrillo, para empezar a operar y trascender en el bajo mundo de las drogas, diseñó su propio estilo para escalar hacia el éxito que ni su mismo desaparecido patrón hubiera imaginado. A diferencia del “Pablote”, Carrillo Fuentes desde un principio negoció con autoridades a un alto nivel. De esa forma atrajo para su protección y viabilidad futura, a altos mandos del Ejército Mexicano, considerado antaño, una institución “incorruptible” hasta que cayó en su trampa, Jesús Gutiérrez Rebollo, titular del INCD, Instituto Nacional para el Combate a las Drogas, que había puesto en marcha, el chihuahuense, Francisco Molina Ruiz, por instrucciones precisas del entonces procurador general de la República, de extracción panista, Antonio Lozano Gracia, a la sazón marido de la cantante, Guadalupe Pineda tras haberse divorciado del periodista, Ricardo Rocha Raynaga. El mítico “Señor de los Cielos” iniciaría de esa forma el evidente resquebrajamiento de uno de los pilares de las instituciones mexicanas, que luego continuaría con el Cártel del Golfo, al mando de Ossiel Cárdenas Guillén, al llamar a integrar sus filas en el crimen organizado en lo que luego se llamarían Los Zetas. En un mundo donde campea la impunidad, en donde las lealtades por regla se deben conquistar o ganar, pero que por lo general se compran, al comprar al general, Gutiérrez Rebollo, el osado capo sinaloense, “El Patrón” como le llamaban sus lugartenientes y sicarios, cayó en el viejo aforismo de todo capo: “cuanto más poder se adquiere, mayor es el precio que hay que pagar para conservarlo”. Para seguir en la cúspide. En su modus vivendi y por supuesto en su modus operandi, en los poco más de 10 diez años que se conservó como a mo y señor del tráfico de enervantes, nunca cejó en su empeño de pagar sobornos millonarios a funcionarios del régimen salinista para que lo dejaran trabajar sin problemas y para no calentar sus territorios, Su bunker. Pocos sabían, que Amado, tenía picaporte en Los Pinos, y que cuando entraba en dichos aposentos oficiales lo hacía acompañado de Raúl Salinas Lozano, progenitor, del hombrecillo de las orejas prominentes cuando prometía a los mexicanos que al término de su mandato nos instalaría en el Primer Mundo. Amado, quien había nacido el 17 de diciembre de 1954 en la población de Navolato, Sinaloa, en el seno de una familia modesta, que encabezaba su padre, Vicente Carrillo Vega, un comerciante instalado en la población de Guamuchilito, a quien le profesaba una especial admiración. Desde muy joven, conocería de la utilidad de que dejaba la marihuana, de los tiempos de siembra y cosecha y los costos que podían pagar, ya que algunos de sus familiares la producían y la vendían. Haber sido el mayor de 12 hermanos, siete hombres y cinco mujeres, determinaría en el agitado tránsito de su vida, su personalidad protectora y de liderazgo. La infancia le corrió rápido y sin sobresaltos, La juventud le cayó encima y desde ese momento estaba obligado a diseñar su futuro. Asumir su papel que le deparaba el destino. Pronto se engancharía con sucios personeros de la Dirección Federal de Seguridad en Culiacán, donde conocería a los policías más bragados, los que torturaban al amparo de una charola y comercializaban “la ley”. Ahí trabaría amistad con el que más tarde sería su tutor, Rafael Aguilar Guajardo, quien lo enseñaría a contactar los proveedores y distribuidores, a mover la merca, a controlar comandantes y policías. En ese tiempo la vida le enseñaría que tendría que “tener agallas y coraje para crecer” so pena de quedarse en el intento. Primero empezaría robando carros para los capos del Cártel de Guadalajara, en los que, luego movería la droga hasta los Estados Unidos. Tiempo más tarde, los negocios lo llevarían de nueva cuenta a Ojinaga para supervisar y el almacenaje y trasiego de coca y marihuana a diversos puntos de Texas, cruzando la droga por el río y por la propia aduana norteamericana. Supo hacerse gatillero y hacerse de una escolta de más de 20 hombres provistos de armas de alto poder. En esa comunidad desértica-Ojinaga-, para demostrarles a los gringos su fuerza y poderío económico que ya empezaba a gestarse en su banda, se mandaría construir una majestuosa residencia de tres pisos, sin importarle que su edificación ofendía las modestas casas de sus vecinos.

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ANTONIO LOZANO GRACIA

Tras la muerte de Acosta Villarreal, se hizo del control de la siembra de marihuana de los estados de Chihuahua y Sonora, que luego almacenaba en ranchos pegados al Río Bravo que luego sacaba para cruzarla al vecino país del norte. Se hizo un “empresario exitoso” a la vuelta de no menos de dos años. Y así se haría de su primera empresa de aviación llamada, Taxi Aéreo del Centro Norte, S.A. de C.V. Sus primeros socios fueron su segunda esposa, Sonia Barragán con la cual había contraído nupcias en Huitzila, Zacatecas y los Leyva, parientes de su primera esposa, Candelaria Leyva. La empresa tendría tres objetivos primordiales: simular que era una compañía legal de vuelos privados del norte del país, transportando cada aeronave media tonelada de polvo blanco y le permitía además, disfrutar su pasión por la aviación. Su flotilla era variada; Sabre Liner 80, y 75ª, Lear Jet 25, Cessna 421 y 206 y Azteca Pipper. Pronto se convertiría en una leyenda, “El Señor de los Cielos”. Católico, devoto por la familia, a todas las matriculas de sus aviones les colocó las iniciales de su nombre y el de sus hijas e hijos. XA-ACF. Tras haber compurgado una estadía en el reclusorio sur de la Ciudad de México por nueve meses por el delito deportación de una arma de fuego exclusiva del Ejército Mexicano, cuando militares lo detuvieron en una fiesta en la comunidad de Huixopa, Sinaloa que se celebraba junto con gatilleros, sembradores de drogas, agentes de la PGR y de las policías locales. A su salida se dio a la tarea de comprar nuevas avionetas en los Estados Unidos para retomar la delantera en el comercio de drogas por los aires, una vez establecidos los contactos con narcos colombianos. Para Amado los inicios de los 90s le depararían grandes cosas, pues los vuelos de sus aeronaves de tres a cinco por mes. Viajaban desde Colombia con media tonelada de “soda” lo que le dejaban ganancias superiores a los 30 millones de dólares por vuelo. Le llegaría el momento que había anhelado desde tiempo atrás, cuando el 12 de abril de 1993 era asesinado, Rafael Aguilar Guajardo en Cancún. Amado Carrillo alcanzaba su quimera, recibía en bandeja de plata, El cartel de Juárez, que sería su patrimonio absoluto y empezaría a reinar en éste.. Dominaría el cielo, y por eso a la sazón le llamarían “el señor de los Cielos”. Poco más de 4 años prevalecería su reinado en todo el país, hasta que una mala intervención quirúrgica, realizada en el Hospital, Santa Mónica le arrebatara la existencia el 4 de julio de 1997. Acaecida su muerte, los médicos responsables de sus diversas cirugías estéticas, Jaime Godoy Singht y Ricardo Reyes Rincón, serían torturados y entambados presuntamente por Arturo Hernández, alías “el chaky”, padre de Emmanuel Hernández Tarín, el mozalbete, apodado “El pepino” y quien, junto con sus guaruras a finales del 2002, le propinaran una zarandeada a Patricio Martínez, el hijo mayor del entonces gobernador de Chihuahua, Patricio Martínez García. Paradójicamente si usted caro lector hace un poco de memoria, los años de mayor brillo de este capo fueron justamente cuando, Francisco Barrio Terrazas, y sus testaferros, Francisco Molina Ruiz, su compadre y primer procurador en su administración, hacían y deshacían cobijados al amparo del poder. Nunca le hicieron nada, ni al propio Amado, ni a su consanguíneo, Vicente, quienes se movían como “juan por su casa en Juárez”. * * * * “Frente a un buffet con botanas mexicanas y un ron Bacardi pintadito, el funcionario norteamericano, compartió parte del contenido de sus investigaciones, las cuales aun no concluían. Dijo que tenía información obtenida directamente de integrantes del Cártel de Sinaloa-ahora Cártel de la Federación, de que presuntamente el presidente Vicente Fox, y su familia protegían a Joaquín Archibaldo Guzmán Loera, alías “el chapo” Guzmán, quien después de 5 años y dos meses de reclusión se fugó del penal de máxima seguridad en Puente Grande, Jalisco, el 19 de enero del 2001. En una increíble fuga, según la versión, oficial del gobierno federal o más bien de un operativo de Estado, de acuerdo a la información que corrió como la pólvora en los últimos meses del sexenio foxista.

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PATRICIA GONZÁLEZ RODRÍGUEZ

Lo anterior es una parte del libro intitulado, “Fin de Fiesta en Los Pinos”, escrito por la respetada periodista, Anabel Hernández, quien narra los amarres que podrían haberse dado desde mucho tiempo atrás, antes de que diera en los hechos el escape de película del narco sinaloense. Agrega en su libro que en buena medida la cruenta guerra que se desató entre los cárteles de Sinaloa y del Golfo, en los últimos tres años de dicho régimen, - 2003-2006- se debía a la probable intromisión errática de Fox, quien había alterado el equilibrio de fuerzas entre las mafias del narcotráfico. De todos era un secreto que el ex inquilino de Los Pinos había tomado partido por uno de los grupos, mientras que por el otro lado, le otorgaba protección a través de las instituciones del Estado-sobre todo, las policías civiles, por otro, dio una guerra sin cuartel a los enemigos de El Chapo: El Cártel del Golfo. Fuera de la prisión, libre sin quien lo molestara para transitar por todo el pais, hacia mediados del 2002 se daría un reacomodo de los grupos del narcotráfico en México, al crearse una especie de “federación” la cual encabezaba, Joaquín Guzmán Loera, “El chapo”; Ismael Zambada “el mayo”; Juan José Esparragoza Moreno, “el azul” Vicente Carrillo Fuentes, “el viceroy”; los Caro Quintero, los Quintero Payán, los Amezcua Contreras, los Valencia, los Beltrán Leyva, los Álvarez Tostado, y los Coronel Villarreal, esta unidad con el tiempo le daría un poder extraordinario, al “Chapo” Guzmán. Se dice que a esta fraternidad no fueron invitados, los hermanos Arellano Félix, y Osiel Cárdenas Guillén, quienes desde ese tiempo iniciarían una guerra por los diferentes territorios del contexto nacional, que a la vera de los años, ha dejado una estela de muerte..De acuerdo a informes revelados por la DEA, el favor otorgado por Los Fox al “chapo” le habría costado alrededor de 40 millones de dólares con la promesa de que no lo detendrían de nueva cuenta, al menos en el pasado sexenio, como finalmente ocurrió… A más de siete años de dicha fuga, Guzmán Loera, sigue siendo el rey entre los capos. El Ejército hace muchas maniobras dizque para detenerlo en diversos puntos del país, pero no le han hecho nada. En Chihuahua, se puede adelantar que será su nueva plaza, donde nadie le hará sombra. Todo será cuestión de unos dos meses para que los pactos en altos niveles se aterricen y la paz vuelva a las calles y “el Chapo” sea quien controle todo lo que se refiera al trasiego de drogas. Está más que visto que la limpia de gente de “la línea”, la están realizando, gatilleros y lugartenientes del reo evadido de Puente Grande para que la plaza se enfríe…Sino al tiempo…

EN CORTO…. EN CORTO… EN CORTO….Mario González Rodríguez, uno de los hermanos de la actual procuradora de Justicia en el estado, era objeto de una persecución silenciosa por parte del ex director de la Agencia Estatal de Investigación, Abelardo Venegas, quien fuera ejecutado en las inmediaciones del vecino municipio de Aldama por varios sicarios de los cuales hasta ahora no se sabe nada o muy poco. De acuerdo a fuentes de la PGJE, al hoy occiso policía, gente de todas las confianzas de Chito Solís y Vicente González García, le habrían encontrado una especie de bitácora o un parte informativo en el cual se daba cuenta de las actividades que venía realizando diariamente el abogado, sin que éste tuviera la menor sospecha de la “campana” que le tenían puesta desde tiempo atrás. Lo que deben de preguntarse más de tres, es ¿a quien le informaban de lo que hacía el consanguíneo de la titular de la PGJE? o ¿a quien le rendían parte de estos informes? Y lo obvio ¿para que? ¿Para ejecutarlo? y provocarle mayores problemas, ya no al gobierno del estado, sino a su propia hermana, Patricia González Rodríguez…De todos es sabido los frentazos que se tuvo que dar la procuradora con el extinto policía, quien no le quería hacer caso y pretendía manejarse de acuerdo a lo que le dictaban desde afuera, sus ex jefes…. ****

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GUILLERMO PRIETO QUINTANA

El asesinato de Carlos Muñoz, acaecido hace por los menos 15 días en la colonia Panamericana, concretamente en las calles de República de Cuba y Francisco Villa, se habría originado por un detalle que pocos conocen. Muñoz, era compadre del “Chalo”, Gonzalo Araujo, uno de los cabecillas de “La Línea”, que huiría de la entidad, tras la aprehensión de “el tigre” Pedro Sánchez Arras, registrada en el municipio de Hidalgo del Parral a manos de mandos castrenses. De acuerdos a datos revelados a éste columnista, Muñoz de oficio carrocero, quien no estaba metido en asuntos sucios, tenía el pecado de ser pariente de “Chalo” un ex convicto de la vieja penitenciaría de la calle 20 de noviembre. Muñoz, había expresado a gentes de sus confianzas que tenía miedo de que fueran atentar contra su vida, los enemigos de dicha agrupación criminal, sobre todo cuando había caído el cabecilla de ellos, -Sánchez Arras- y quien era oriundo de Villa Ahumada. *** El Heraldo de Chihuahua, que presume de ser grande, grande, aunque en los hechos sea todo lo contrario, se excedió en torno a la cobertura que le dedicaron al homicidio del fisico-culturista, Carlos Rojero, quien lamentablemente fuera ultimado arteramente a balazos hace pocos días. Llama la atención el espacio que le dieran para hacer escarnio de este atleta destacado. Ciertamente quienes tuvimos la oportunidad de conocerlo, porque practicamos ese mismo deporte desde hace un buen rato, podemos decir que no era un santo, ni nada que se le pareciera. Pero nos parece de muy mala leche que hagan leña del árbol caído, sobre todo cuando ya no puede defenderse de los dardos flamígeros lanzados por la pluma de los reporteros, con la anuencia claro está, de su director, Javier Contreras. Porqué si era tan nefasto, no le señalaron sus errores en vida. Resulta curioso o mejor dicho más que evidente, como se las gastan desde ese matutino. Yo le pregunto a Contreras Orozco, ¿porqué no le habrán dedicado el mismo espacio para descalificar y denostar a otros personajes, y estos sí, turbios, asesinos con charola, como fue el caso concreto del ex comandante, Vicente González García, quien tras su muerte, dicho rotativo se deshizo en loas y fanfarrias para quien fue el terror de muchas personas inocentes que extorsionó, desapareció, en los tiempos de Patricio Martínez y su esbirro, Jesús José Solís Silva, quienes con toda seguridad lo salpicaron de generosidad y muchas atenciones a Javier Contreras. El director de dicho medio, sabe que con las mafias no se juega. El sabe que las traiciones se pagan con la vida. Sobre todo cuando se recibió tanto oro en efectivo y en especie.. Casi convirtieron en un santo a González García con tantas alabanzas y zalamerías. Por cierto señor Contreras, por si sus acuciosos reporteros no lo sabían, Osvaldo “Chito” Aguirre, el ex fotógrafo oficial de Patricio, era uno de los hombres más cercanos a Rojero, dado que los dos tenían la “fina” costumbre de arponearse anabólicos esteroides a diestra y siniestra..Ha trascendido que minutos antes que asesinaran a Rojero, los sicarios, habrían acudido al gimnasio de “Chito” para preguntarle donde podrían localizar al levantador de pesas, a quien privarían de la vida horas después. ¿Porqué no entrevistaran sobre este penoso incidente a Aguirre, podrías darles la de ocho…¿Será acaso, porque Martínez García le podría jalar las orejas a Contreras Orozco y recordarle viejos compromisos, cuando era el hombre del poder en Chihuahua y que por fortuna, hoy no es más una mancha negra para los chihuahuenses…* * * Ya que estamos hablando de personajes funestos, déjeme decirle, que los parientes-nada pobres- de Vicente González García, quien muriera aquejado por la terrible diabetes que lo privaría del don de la vista, y de los temores de que lo ejecutaran sus múltiples enemigos en cualquier momento, como el lo habría ordenado a sus esbirros en sus tiempos de impunidad y poder a manos llenas, andan de la greña, peleándose la herencia multimillonaria que les dejara, el siniestro personaje. Ranchos, terrenos, casas, vehículos, autobuses del transporte urbano, y desde luego mucho dinero en efectivo que reuniera y no necesariamente de la nómina del gobierno del estado, sino la de bandas criminales que le pagaron por sus excelentes servicios. Vaya usted a saber donde vaya a parar esa fortuna. Hermanos y hermanas, anhelan que les roce buena parte de ese dinero mal habido, producto de lo más deleznable que pudiera imaginarse y que hizo en sus tiempos de policía……* * *

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JOSE REYES FERRIZ

Javier Emilio Pérez Ortega, el ex jefe de la policía municipal del municipio de Ascensión de extracción panista, quien renunciara su encargo el pasado 19 de marzo del año en curso, por las amenazas del crimen organizado y quien solicitara asilo político en los Estados Unidos, es tal vez el único policía que alcance dicho beneficio ante la corte de El Paso, Texas. Otros oficiales de policía que se desempeñaban como tales en Ciudad Juárez, entre ellos, Alejandro Urista y José Alarcón, y que temen ser víctimas de la operación limpieza que llevan a cabo de manera conjunta las organizaciones de Vicente Carrillo Fuentes y Joaquín ”el chapo” Guzmán y que solicitaran la protección del gobierno norteamericano, se ve muy improbable que alcancen dicho beneficio, pues pudieran haber estado conectados con dichas bandas de narcos….Guillermo Prieto Quintana, el tristemente célebre ex titular de la policía local de Ciudad Juárez, y quien tirara la toalla, tras la ejecución de su brazo derecho, el comandante, Juan Antonio Román, y quien está viviendo en la vecina población de El Paso, Texas, en breve, podría lograr que le dieran la categoría de “testigo protegido” dado lo mucho que sabe de narcotráfico y de sus principales operadores a lo largo de la frontera de Chihuahua. ¿Sabrán las autoridades yanquis, las “modestas” propiedades que habría hecho, Prieto Quintana en los menos de seis meses que estuvo al frente de dicha dependencia, infiltrada de narco-corrupción hasta el tuétano.¿ Estará enterado de esto, lo que queda del edil llamado José Reyes Ferriz, quien ya siente lo duro sino lo tupido y el mismo que estuvo a punto de tirar la toalla hace unos dos meses, por la escalada de asesinatos, lo mismo de policías, que de personas ligadas al tráfico de drogas, sin que su “gobierno”, les ponga mano a los autores de estos crímenes que tienen sumida en un caos a Juárez... ¿todavía seguirá soñando en ser aspirante al gobierno de Chihuahua?

POSDATA:

El crimen de Carlos Rojero y el del empresario Moya de Juárez, tienen un común denominador; el móvil es pasional. Líos de faldas pues. Al tiempo. Y eso que no tengo un periodicote para inventar una sarta de mentiras sobre los que ya no pueden defenderse de señalamientos flamígeros. Pero si tenemos, fuentes que nos han dado muchas pistas que no podemos adelantar. Pero una cosa si es cierta. Fueron maridos engañados los que optaron por mandar al otro mundo a Rojero y Moya. Se les olvidó a ambos, uno de los mandamientos capitales de la Biblia que a la letra reza: “no desearas la mujer de tú prójimo”. ….****