la barbi captura o entrega ?
“P.D. Barbie, de origen estadounidense, es la muñeca de toda una generación. La Barbie es en nuestro país la máxima expresión de la violencia y también recibió entrenamiento en Estados Unidos. Ahora todo parece indicar que pronto volverá a donde fue creada”.
Esto fue lo que el pasado lunes 16 de agosto escribió el periodista Antonio Navalón en su artículo “Calderón: Un país en llamas”, publicado en el periódico El Universal.
Trece días después, Edgar Valdez Villarreal, alias “La Barbie”, era mostrado por la Policía Federal a los medios de comunicación.
Información privilegiada o premonición periodística acertada, lo cierto es que el comentario de Antonio Navalón es apenas la punta de un hilo que conduce a cuestionar si “La Barbie” fue detenido o si él mismo se entregó.
Y es que aunque es innegable que el caso de “La Barbie” es un certero golpe contra el crimen organizado en México, conforme se conocen los detalles de su detención, aumentan las dudas.
El cuestionamiento de fondo es si el peligroso capo del narcotráfico fue detenido como lo presumen las autoridades mexicanas o si él mismo se entregó a las autoridades de su país de origen, Estados Unidos, en un intento por salvar su vida.
A la “premonición informativa” de Navalón se sumaron nuevas dudas este martes, cuando el sicario más violento del narcotráfico en México fue presentado ante los medios de comunicación desplegando una amplia sonrisa. “¿De qué se ríe La Barbie?”, era la pregunta más socorrida en las redes sociales.
Para algunos era de burla, para otros de satisfacción. Lo cierto es que el peligroso capo no presentaba ningún signo de angustia ni de estrés.
Era evidente que uno de los narcotraficantes más buscados en México, a la par de Joaquín “El Chapo” Guzmán, de Ismael “El Mayo” Zambada, de Héctor Beltrán Leyva, “El H”, de Heriberto Lazcano, “El Lazca”, y de Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén, alias “Tony Tormenta”, respiraba con tranquilidad.
Cuatro son los elementos que configuran el escenario de una posible rendición y entrega de “La Barbie” ante las autoridades estadounidenses.
I. TEMÍA AJUSTE DE CUENTAS. Desde la ejecución-captura de quien fuera su jefe de jefes, Arturo Beltrán Leyva, alias “El Barbas”, en Morelos, y de Ignacio “Nacho” Coronel, en Jalisco, “La Barbie” temía por su vida.
Quienes así lo advierten dicen que el sicario más violento de México sabía que después de esas dos capturas, que terminaron en ejecuciones, más temprano que tarde vendrían por él.
Y que las posibilidades de que fuera victimado eran muy altas. Al igual que Beltrán Leyva y “Nacho” Coronel, sabía demasiado, no sólo de las operaciones del narco en México, sino de las autoridades federales, estatales y municipales que las protegen.
Más aún, “La Barbie” estaba cierto de que más que capturas de la guerra contra el crimen organizado, lo que estaba sucediendo con las ejecuciones de ciertos capos era una limpia para despejarle el camino al cártel rival de Sinaloa, que dirige Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Por eso habría preferido entregarse antes que terminar fotografiado en un charco de su propia sangre. Para salvar la vida con la posibilidad de negociar una condena manejable, a cambio de información como testigo protegido.
Pero la negociación no sería con autoridades mexicanas, poco confiables, sino con las de Estados Unidos, su país de origen.
Después de todo, uno de sus antiguos jefes, Osiel Cárdenas Guillén, terminó extraditado y participando en el programa de testigos protegidos. El que fuera el jefe del Cártel del Golfo hoy vive para contarlo, puede sonreír.
II. UNA CAPTURA MUY PULCRA. Para ser el sicario más violento y peligroso del país, la captura de Edgar Valdez Villarreal, alias “La Barbie”, fue impecable, limpia, sin sangre.
A diferencia de lo que sucedió la tarde del 16 de diciembre de 2009 en un apartamento de las Torres Altitude, en Cuernavaca, o el pasado 30 de julio en Colinas de San Javier, en Guadalajara, en la presunta captura realizada en el poblado de Salazar, municipio de Lerma, no hubo resistencia alguna.
De acuerdo a la Policía Federal, la ubicación de “La Barbie” fue posible gracias a la intercepción del celular de Aarón Arturo Ginez Becerril, un operador del capo, quien el pasado lunes 30 de agosto hiciera varias llamadas telefónicas a Edgar Valdez Villarreal.
Ese mismo lunes, en las afueras de un centro comercial al sur de la Ciudad de México, el dueño del celular desde donde se hicieron las llamadas terminó acribillado en un tiroteo. Nada más pudo aportar.
Destaca, sin embargo, la facilidad con la que los elementos de la Policía Federal, sin auxilio alguno de la Defensa o de la Marina, pudieron llegar hasta la casa de seguridad de “La Barbie”, ubicada en la Cañada de Alférez, en el Estado de México.
Más aún, que el inmueble que es ex profeso un lugar para que el capo pueda esconderse, no estuviera fuertemente custodiado por algún regimiento de sicarios que pudieran alertar oportunamente al famoso inquilino sobre algún peligro.
Hecho curioso también que habiéndose dado la captura en esa casa de seguridad, el inmueble no fuera ni acordonado ni resguardado por autoridad alguna. Los medios pudieron entrar a tomar video a sus anchas. ¿Error de procedimiento o fatal olvido?
III. BAJO LEYES NORTEAMERICANAS. “Do you want to be extradited to the United States or you don’t want to go back there”, preguntó un corresponsal extranjero a “La Barbie” durante su presentación del pasado martes ante los medios. Y el capo se concretó a sonreír. Una vez más.
Edgar Valdez Villarreal, “La Barbie”, es ciudadano estadounidense. Nació en Laredo, Texas. Y bajo esa condición, podría facilitarse su extradición.
Incluso se tiene conocimiento de que en Estados Unidos existen dos órdenes de aprehensión con exhortos hacia México en contra del ahora capturado narco.
En esas circunstancias, él mismo podría solicitar ser procesado en su país, donde era buscado. No confía en las autoridades de México, donde existen muchas complicidades hoy temerosas de que se conozcan sus vínculos con el narcotráfico.
Y para muestra, ahí está el asesinato de José L. Carrizales, alias “El Tubi”, un sicario de Sinaloa que tras ser absuelto en Jalisco, fue trasladado al penal de Nuevo Laredo antes de su liberación, sólo para terminar asesinado por un reo.
IV. UNA CAPTURA MUY OPORTUNA. El lunes 30 de agosto, el comisionado de la Policía Federal Facundo Rosas salió a dar una noticia que sacudiría a la opinión pública.
Unos tres mil 200 miembros de la Policía Federal eran dados de baja por no cumplir con los requerimientos de la corporación y no pasar las pruebas de confianza. No eran aptos para el cargo.
El rubor de vergüenza en las filas de la Secretaría de Seguridad Pública que comanda Genaro García Luna duró muy poco. Por la tarde estaban anunciando la captura de “La Barbie”.
La infiltración de malos elementos en las filas policiales mexicanas pasó a segundo plano. El festejo por la captura del capo aparecía con toda oportunidad, como sucedió en otras tantas ocasiones con otras informaciones manejadas desde las dependencias que ha encabezado García Luna.
Conocido en los círculos policiales y militares como “El Guionista”, mote bien ganado desde que recreó para las cámaras de televisión la captura de una banda de secuestradores, entre los que estaba la francesa Florence Cassez, al hombre fuerte de la seguridad en México le vino muy bien, ese día, la caída de “La Barbie”.
La oportunidad incluyó también apagar el fuego internacional generado por el hallazgo de 72 cadáveres de indocumentados en una bodega en Tamaulipas, y vino a colocar la cereza en el pastel al Cuarto Informe de Gobierno de Felipe Calderón.
“En la guerra contra el crimen organizado, estamos ganando la batalla”, podría decirse sin titubeos. “La Barbie” lo refrendaría.
Aristegui - Detencion De Edgar Valdez Villarreal "La Barbie"