México se esta consolidando un Estado policiaco-militar, al carecer Felipe Calderón, de legitimidad y no tener la capacidad de resolver los problemas económicos, sociales, ambientales y políticos que agobian al país por décadas y que dentro de su gobierno se han profundizado de manera acelerada y lacerante que ya abarco a todos los sectores sociales y productivos del pueblo.
Es un Estado policíaco-militar por:
1) Su única forma de enfrentar y “resolver” los problemas que aqueja al pueblo y las demandas inmediatas de los diferentes sectores, es mediante el castigo y la fuerza policíaca-militar.
2) A los lastres del capitalismo: descomposición social, desintegración familiar, delincuencia social, migración y delincuencia organizada, solamente responde con la violencia institucional, pasando por alto que son problemas de origen y carácter económico, social y político, cuyo detonante son la pobreza, desempleo, miseria, hambre y marginación.
3) La cúpula militar está por encima del mismo ejecutivo federal, quien es a su vez, es jefe supremo de las fuerzas armadas de manera formal, porque en realidad el fuero de los generales en el país no tiene límite, frente a un presidente espurio, débil políticamente y acotado por los poderes facticos, que día a día, a como pasa su gobierno se va diluyendo como gobernante entre uniformes y botas, de policías y militares.
4) Cuando el presupuesto y gasto para el ejército federal, policías y todo el oprobioso y lesivo sistema de seguridad nacional, esta por muy por encima, de cualquier rubro del gasto social (salud, empleo, educación y vivienda). Que la Secretaria de Económica sus estrategias más importantes se basan el blindaje económico y político a grandes empresarios y el hostigamiento y ahogamiento financiero a los gobiernos opositores, a la ultraderecha en el poder, el PAN.
Por ello, recurre a prácticas contrainsurgentes y fascistas, como la criminalización de la pobreza y lucha popular, para mantener amagado e infundir terror al pueblo trabajador. Persigue y reprime al pueblo que demanda justicia social y sus organizaciones, para ello, se vale de la instrumentación de la reforma judicial que lo único que ha hecho es aumentar los abusos de los policías y militares que ejecutan masivas y arbitrarias detenciones, allanamientos demoradas, robo y destrucción de pertenencias, incomunicación de los detenidos, su único “argumento” la presunción de ser un delincuente. En esta espiral de violencia institucionalizada y cortina de humo se cometen crímenes de lesa humanidad.
Es un Estado policíaco-militar por:
1) Su única forma de enfrentar y “resolver” los problemas que aqueja al pueblo y las demandas inmediatas de los diferentes sectores, es mediante el castigo y la fuerza policíaca-militar.
2) A los lastres del capitalismo: descomposición social, desintegración familiar, delincuencia social, migración y delincuencia organizada, solamente responde con la violencia institucional, pasando por alto que son problemas de origen y carácter económico, social y político, cuyo detonante son la pobreza, desempleo, miseria, hambre y marginación.
3) La cúpula militar está por encima del mismo ejecutivo federal, quien es a su vez, es jefe supremo de las fuerzas armadas de manera formal, porque en realidad el fuero de los generales en el país no tiene límite, frente a un presidente espurio, débil políticamente y acotado por los poderes facticos, que día a día, a como pasa su gobierno se va diluyendo como gobernante entre uniformes y botas, de policías y militares.
4) Cuando el presupuesto y gasto para el ejército federal, policías y todo el oprobioso y lesivo sistema de seguridad nacional, esta por muy por encima, de cualquier rubro del gasto social (salud, empleo, educación y vivienda). Que la Secretaria de Económica sus estrategias más importantes se basan el blindaje económico y político a grandes empresarios y el hostigamiento y ahogamiento financiero a los gobiernos opositores, a la ultraderecha en el poder, el PAN.
Por ello, recurre a prácticas contrainsurgentes y fascistas, como la criminalización de la pobreza y lucha popular, para mantener amagado e infundir terror al pueblo trabajador. Persigue y reprime al pueblo que demanda justicia social y sus organizaciones, para ello, se vale de la instrumentación de la reforma judicial que lo único que ha hecho es aumentar los abusos de los policías y militares que ejecutan masivas y arbitrarias detenciones, allanamientos demoradas, robo y destrucción de pertenencias, incomunicación de los detenidos, su único “argumento” la presunción de ser un delincuente. En esta espiral de violencia institucionalizada y cortina de humo se cometen crímenes de lesa humanidad.