ADIOS GUANTÁNAMO

JAIME GARCÍA CHÁVEZ

Cuando la política de la sinrazón, del uso de la fuerza sin más, del privilegio de los intereses creados, de la barbarie, de la estulticia, la locura y la demencia se apoderan de la conducción institucional de un país lo primero que se pierde son los derechos humanos declarados y reconocidos en el mundo entero por los Estados modernos.

No hablo de los derechos humanos como una entelequia, como el mundo de las ideas del filosofo Platón. No es ese el enfoque. Cuando digo derechos pienso en los millones de hombres y mujeres que se amparan en ellos y los emplean como poderoso escudo contra sus violadores para ver que su trasgresión desde el poder los convierte en victimas de todos los horrores imaginables.

El mejor ejemplo actual es lo que sucede en la franja de Gaza y el genocidio aberrante del imperialismo sionista. Cuando la agresión es la única política de Estado, pierde la humanidad y dentro de ella los más vulnerables: las niñas y los niños, los enfermos, los ancianos, las mujeres, la población civil en general. En esto la primacía del Derecho Internacional ha sido letra muerta.

Los ocho años de la administración Bush serán recordados como una etapa más de las que cíclicamente aparecen en los Estados Unidos para acatar solo los dictados de la sinrazón. Con Bush y los neoconservadores, se intentó relativizar —empequeñecer— el enorme valor de los derechos humanos y en no pocas partes del mundo vimos que el derecho se hizo a un lado para dar paso al atropello. A gobernantes como Bush el derecho les estorba y por esa causa no se detienen ante nada para sacar adelante sus aviesas finalidades.

Todo un debate mundial, de Norteamérica a Europa le dio la vuelta al globo para escudriñar hasta que grado se vale ir en contra de los derechos para emplear la tortura y las prisiones más detestables como mecanismos de combate al terrorismo, otra expresión de la destrucción humana. Los extremos se tocan para no exhibir ninguna diferencia entre las costumbres de los tiranos como Bush y las prácticas horribles de los terroristas en todo el mundo. Ninguno de entre estos tiene respeto por el primordial derecho a la vida y sobre todo a la dignidad humana.

El debate sigue abierto y los que están a favor de la razón tienen los mejores argumentos y no dudo que los pueblos los apoyarán para marcar un hito histórico contemporáneo que consistirá en la plena vigencia de todos los derechos, su expansión y la construcción con ellos de una barrera infranqueable para los enemigos de la humanidad, especialmente para los gobernantes que desmienten el estado de Derecho.

Digo todo esto porque en América se levantó una prisión para los perseguidos de Bush e instalada en Guantánamo, ese espacio del territorio Cubano que hasta ahora se mantiene sustraído a la soberanía de su país. Pues bien: la prisión de Guantánamo por decisión del actual Presidente Obama desaparecerá progresivamente a lo largo de un año.

Que se haya dado reversa en este delicado tema es muestra de mejores tiempos y voz de aliento para los que militan incansablemente a favor de los derechos humanos en todo el mundo.

Siempre se tuvo razón en el tema, ahora esa revocación es una evidencia que jamás se habría logrado sin la voluntad de millones y millones que saben que frente a la arrogancia y la barbarie esta la mejor tradición jurídica de Occidente, sintetizada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y todo un plexo de instrumentos internacionales a que ha dado lugar en el orbe entero.

¡Adiós prisión de Guantánamo, adiós para siempre será lo mejor!