Autor: Pedro Echeverría V.
Enviado por: Pedro Echeverría V.
12-ago-2011
1. Michael Moore, el cineasta documentalista y escritor estadounidense, seguramente preocupado por las terribles dificultades económicas de los EEUU, acaba de publicar un inteligente artículo en el que recuerda que “el 5 de agosto de 1981 empezó EEUU a ir cuesta abajo”. Antes de aquella fecha –hace exactamente 30 años, cuando una terrible represión contra trabajadores aéreos en huelga marcó el inicio del neoliberalismo privatizador- se vivía aún las décadas finales del modelo económico Rooseveltliano. Los trabajadores aún podrían criar una familia y enviar sus hijos a la universidad que era casi gratuita; los trabajadores laboraban ocho horas en cinco días, tenían vacaciones pagadas, garantizada la pensión, seguro médico, aumentos ocasionales de sueldo. Pero esta historia abarcó a México y al mundo.
2. En México llegó en 1982 el neoliberalismo impuesto por la política de los EEUU, entonces gobernado por el agente empresarial Ronald Reagan. Pero tampoco se puede pensar que en México de forzaron las cosas, aunque de no surgir el neoliberalismo de Margaret Thatcher y Reagan, quizá otro hubiese sido el candidato presidencial en México –no De la Madrid y el grupo salinas- con el objetivo de seguir el llamado “nacionalismo revolucionario” que López Portillo –a pesar de su inmensa corrupción, el desplome de los precios del petróleo, la devaluación y el endeudamiento- pudo dar continuidad. La coyuntura del gobierno de Reagan y los multimillonarios intereses que lo rodeaban dieron fuerza definitiva a la derecha empresarial que tenía como presidente a Manuel Clouthier, así como a las derechas del PRI y el PAN.
3. Lo que el cineasta Moore apunta como cambio de paradigma para los EEUU, es lo mismo que podría decirse de México un año después. Cuando EEUU deje de dominar al mundo, sobre todo a las grandes agencias informativas, habrá en ese país libertad –dejarán de ser temerosos- para que profesores, investigadores y artistas interpreten de manera correcta y con verdad los acontecimientos de su país. Surgirán miles de Baran, Sueeze, Petras, Chomsky, Moore que se atrevan a decir las cosas con verdad y no a callar por miedo. Entonces sabremos que ese “país de la democracia, la libertad, la justicia, no era real; que sólo escondía muy bien su racismo, guerrerismo y fascismo tras una gruesa e inmensa cortina de humo que impedía conocer la realidad de esa terrible país que denuncia Moore.
4. Los gobiernos y partidos en México –nadie podrá negarlo- han sido corruptos históricamente, pero el modelo económico predominantemente Keynesiano, que ponía al Estado “social” como dominante sobre la fuerte iniciativa privada, garantizó por lo menos los servicios de salud y educación fueran gratuitos, así como dio cierta independencia y asociación de la economía mexicana frente al imperialismo. Las devaluaciones del peso frente al dólar y los endeudamientos durante la larga etapa del México del llamado “nacionalismo” fueron mínimos hasta 1976 de Echeverría y se hizo mayor durante el régimen de López Portillo, fue entonces cuando el neoliberalismo da paso a mucho mayores crisis devaluatorias y de endeudamiento, cuando la migración se agiganta, el desempleo llega al extremo y la migración explota.
5. Así que los 30 años de neoliberalismo que nos recuerda Moore, que de hecho está llevando a los EEUU a una crisis profunda que afecta al mundo y pone al descubierto que ese coloso del norte es un gigante con pies de barro, viene también a recordarnos que México, al ser un traspatio de los EEUU, no puede dejar de sufrir en grande, es decir, mucho más que lo que sufre su amo. ¿Qué puede esperarse de este gran golpe que sufrirá en las siguientes semanas y meses el más poderoso país de la tierra? Es difícil saberlo porque los EEUU están metidos en todo. De todas maneras lo que suceda tendrá que ayudar a la liberación de los pueblos que han vivido durante todo el siglo veinte produciendo riquezas que van a parar a los bancos y carteras yanquis. Espero con gran entusiasmo que este sea el principio del fin del imperio opresor.