La reunión del grupo de Javier Sicilia con los congresistas en el castillo de Chapultepec, llamado esta vez Encuentro entre el poder Legislativo y el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad sigue provocando un día después oleadas de opinión, discusión y encono en todo tipo de foros tanto vía Facebook, Twitter como en infinidad de blogs o revistas cibernéticas.
En síntesis, el debate sobre la reforma política que se ha convertido en la priordidad de Sicilia. sus reuniones con el gobierno de Calderón y los legisladores han supuesto el descarrilamiento del movimiento que pasó de pedir la dimisión de todopoderoso Genaro García Luna a consensuar una suave reforma política que no incluye revocación de mandato.
el grupo formado alrededor del ex analista politico, ex poeta prepara la llegada de su principal amigo y asesor del movimiento, el ex-obdusman capitalino Emilio Álvarez Icaza al consejo general del Instituto Federal Electoral. IFE Un lugar estratégico desde el cual su principal operador promocionaría la candidatura presidencial ciudadana de Javier Sicilia.
Para los desconfiados conocedores de la lógica del divide et impera que funcionó en 2006 con la candidata socialdemócrata Patricio Mercado, quien quitó más de un millón de votos al frente de izquierdas de Andrés Manuel López Obrador, Sicilia sería el troyano perfecto para fragmentar el voto de centro-izquierda y allanar el camino del principal hacedor del crimen organizado, el Partido Revolucionario Instucional, aunque a demostrado también que puede ser un ariete del Partido de Acción Nacional.
En todo caso, sectores involucrados en la que fuera la marcha del consuelo de Cuernavaca a Ciudad Juárez sienten que la gran sacudida de consciencias está derivando en un ejercicio de grilla, bizantinismo y besos entre la vanguardia de Sicilia y los voceros del ejecutivo y la partidocracia sin ningún cambio real. Es decir, un juego de salón donde como máximo algunos de los peones de este movimiento ciudadano conseguirán próximamente un hueso.
