Respuesta de Javier Sicilia a los quejosos: "No chingen y tratemos de entendernos."
En algún lugar del cielo de México
(que a todos y todas nos cubre y hermana)
...A LOS COMPAÑEROS DE LA CARAVANA
....Queridos compas, chómpiras, batos, amigos, amigas, hermanos, hermanas en esta larga marcha hacia un árbol cuyo fruto es lejano, pero que nos mueve a caminar juntos. Me escriben diciéndome que están encabronados y encabronadas por las declaraciones que Emilio y su servilleta –una servilleta bastante estrujada—hicimos ayer. No chinguen y tratemos de entendernos. Lo que se leyó el 10 de junio en Juárez es, por desgracia, una mera relatoría de las mesas de trabajo –ustedes lo saben mejor que nosotros--, que no puede llamarse pacto..
Es, a lo sumo, un esquema de documento que debe salir a otras consultas y reelaborarse hasta obtener un buen documento. Nadie puede llamarse a engaño, cuando se presentaron las relatarías y cuando presentó el documento en el Monumento a Juárez se dijo que era preliminar,que hay muchas más cosas, que se sometería a una amplia consulta y que después se presentaría un documento más acabado. Decir que eso es un pacto, es simplemente ridículo, Nadie nos tomaría en serio.. En esa relatoría hay muchos pendientes nacionales que se desprenden de los 6 ejes del documento que se leyó el 8 de mayo en el zócalo y quien dice que esos tiewne que ser de la Ciudad de México. Si se las agregamos a las demandas de los 6 ejes –demandas muy específicas y cumplibles si pensamos en acciones bien concretas para que se realicen, como las que hicimos en Monterrey o en Chihuahua con la placa de Marisela— simplemente vamos a darle armas al gobierno para que no cumpla nada –recuerden lo que le sucedió a Alejandro Martí cuyas demandas eran cerca de 100--.
Si nos concentramos en demandas posibles --yo digo 6, pueden ser menos--, que pueden ser respaldadas con acciones concretas y concentradas, podemos entonces hacer algo para darle un mínimo suelo a este país, un suelo sin el cual las otras demandas que se recogen en la relatoría y que se irán ampliando no podrán irse articulando –se perderán en la babel que es ahora el país--.
Lo que sí es una pacto, es el acuerdo entre nosotros y nosotras de construir la paz con justicia y dignidad, la forma final que toman los documentos es parte de este caminar. A la brevedad posible se concentrarán todas las relatorías y se presentarán de manera integrada en la “Declaración de Juárez”, que ayudará a continuar en este movimiento y a que las organizaciones y personas que se han sumado continúen con sus luchas
Yo sé que muchos de ustedes desean la salida inmediata del ejército –yo también lo deseo--, pero pedirla así, sin un diagnóstico de cada parte de la República, es tan irresponsable como la irresponsabilidad de Calderón de sacarlo de sus cuarteles –la legítima demanda de los juarenses de que salga, no es respaldada por la gente de Tamaulipas ni de Michoacán, pregúntenles a los compas de Cherán--. Así es que hay que ganar una redacción profunda y compleja de la Ley de Seguridad Nacional que permita pensar ese retiro con claridad y tiempos. Ni Emilio ni yo dijimos nada de Chiapas.
Sean razonables, queridos compas, chómpiras, batos, amigos, amigas, hermanos y hermanas en este inmenso dolor. No olviden que en el centro de todo esto están las víctimas y las víctimas necesitan justicia. El dolor, queridos compas, chómpiras, etc. no tiene ideologías ni agendas políticas, sólo busca algo, el consuelo y la justicia, y esa no la haremos si nos perdemos en interminables demandas y jugando a que una relatoría es un pacto. Por lo que sé de la reacción de algunos, lo que puedo decir es: no mamen...
Todo está bien, queridos compas, chómpiras, batos, etc. Nada se ha desdeñado, simplemente cada cosa ocupa un lugar y con ellas vamos tejiendo un mundo. Si queremos correr cuando a penas empezamos a caminar vamos a terminar en el suelo. Hay que aprender de las experiencias pasadas y recordar al “Maese” Lenin: “Hay que dar siempre dos pasos hacia delante y uno hacia atrás”, de lo contario nos detenemos o nos rompen la madre.
Los quiero un chingo y los llevo en el corazón como llevo mi dolor y cada uno de los dolores que hemos recogido juntos. Sigamos caminando por amor a los dolientes de este país tan humillado y necesitado de justicia. Sin ustedes, nada se movería y no habríamos llegado hasta aquí.
Conversemos pronto en directo y no se encabronen ni le hagan el juego al “sospechosismo” de Creel. Se trata entre nosotros del amor.
Paz, Fuerza y Gozo
Javier Sicilia