Los rumores del hartazgo

(apro).- Aunque los líderes del movimiento del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) apuestan por la resolución legal del conflicto, algunos trabajadores ya plantean la idea de que la única solución es un levantamiento armado.



En una esquina donde se aglomeran hambrientos los manifestantes, se escuchan los rumores: que van a explotar la presa en Necaxa, Puebla; que están juntando las armas; que los del finiquito son aviadores; que si Esparza le financiaba su campaña a Obrador; que van a seguir protestando. Todos discuten, mientras la salsa verde escurre en un plato.

—¿Se levantarían en armas?— se le pregunta a una cajera jubilada de 65 años.

— Si no aceptan nuestras denuncias vamos a tomarlas para hacer una revolución.

—¿Por qué?

— Los desempleados de la compañía vamos hasta las últimas consecuencias, es una ofensa que me den una liquidación para cobrarla hasta 2010, tengo hijos, nietos, he luchado por un salario digno.

—¿Han tenido reuniones?

—A la media noche, pero no lo ponga, qué van a decir de nosotros.

Los letreros de "Secretaría del desempleo y liquidación social" ya estaban en las rejas de la Secretaría del Trabajo (STPS) cuando un contingente del CCH Sur irrumpió en Periférico, frente a TV Azteca.

—¿Se levantarían en armas?— se le pregunta a una estudiante del CCH.

—El país no esta en condiciones de un levantamiento, pero estaría a favor de la huelga.

"Mejor morir de pie que vivir de rodillas", dice una cartulina que carga uno de sus compañeros.

Según, Pepino Cuevas, uno de los oradores que clausuró "simbólicamente" la STPS, "se seguiran clausurando dependencias federales de una forma más radical" y apuntala: "esta lucha no es de mentiritas, ellos (el gobierno) son los responsables y vamos a tomar sus oficinas".

Un hombre con un cartel como sombrero de papel invita a sus compañeros: "Doy mi liquidación por partirle la madre a Felipe Calderón"; junto a él una manta reza: "Muerto el perro se acaba la rabia".

Entre los insultos de algunos policías federales a bordo de camiones turísticos, los oradores en Periférico están seguros que el movimiento sigue "vivo", que 95 años después de la fundación del sindicato, "no pueden levantar el acta de defunción".

Rumbo al Centro, los trabajadores mantienen su paso firme sobre una lámina de concreto que refleja el atardecer.

—¿Se levantarían en armas?—se le pregunta a Francisco Retana, consejero del SME.

—Es posible, es una situación de vida intolerable y no tiene solución por los cauces institucionales.

—¿Esta seguro?

—Más bien vamos por la "insurrección popular" y prefiero organizar huelgas y este paro va a llegar a la huelga general.

Según la Suprema Corte de Justicia, la extinción es un hecho irremediable; pero no importa, un par de cerdos de cartón con dinero en el hocico, caminan sobre los hombros de dos muchachos que entran a la Plaza.

En avenida 5 de mayo un saxofón canta: "el pueblo unido, jamás será vencido". En la plaza de la Constitución los sindicalistas vacían su consigna en el templete: "luchemos por la huelga general"