Estados Fallidos, de Noam Chomsky

Estados Fallidos, de Noam Chomsky

Empezamos el año 2009 en México con una retórica estadounidense hostil
donde nos califica de “Estado Fallido” (EF) comparándonos con países como
Afganistán, Pakistán o Irak. El pretexto, la situación del país,
particularmente de Chihuahua, donde la guerra contra el narco ha sido
amplia y cruel; una guerra además, que Calderón ha emprendido solo para
desviar la atención de la forma como llega al poder en 2006, pues nunca
fue su tema de campaña y en cambio gana la presidencia con muchos
cuestionamientos.
Cuando el gigante imperial hace este tipo de pronunciamientos, hay que
tomarlo con mucho cuidado, recelo y reserva. La política exterior
norteamericana se caracteriza por hacer declaraciones desestabilizadoras y
emprender acciones hostiles contra enemigos infundados (creados por ellos)
so pretexto de proteger la soberanía nacional. El concepto de EF, ahora de
moda, es el título del libro del lingüista Noam Chomsky, el más conocido
de los críticos del sistema político estadounidense.

Para empezar Chomsky nos advierte desde el prefacio, que “la acusada
brecha entre opinión pública y política pública (es) una de las causas del
miedo”, con lo cual refiere al uso de la propaganda política para fines de
manipulación sociológica. Chomsky destaca a lo largo del texto, cómo la
ideología norteamericana, contrariamente a ser el primer Estado
democrático moderno, está presente y justificado su afán imperial, desde
los Padres Fundadores, pasando por la doctrina Monroe (América para los
americanos) la manipulación religiosa (el Destino manifiesto) y así, hasta
llegar a las postrimerías del siglo XX con sus guerras (reales y
mediáticas) contra el socialismo, las drogas, la delincuencia y en pro de
imponer el capitalismo (disfrazado de democracia) en el mundo.

En esa continuidad ideológica imperial, el autor resalta cómo surge el
concepto de EF: “En 1994, (Bill) Clinton amplió la categoría de ´estados
terroristas´ para incluir los ´estados canallas´. Al cabo de unos años se
incorporó otro concepto al repertorio: ´estados fallidos´, de los que
debemos protegernos y a los que debemos ayudar, a veces devastándolos” (p.129).


La cita es por demás elocuente y el autor complementa diciendo que “la
categoría de ´estado fallido´ salió a colación....(...)...