Songun, política antiimperialista

Hoy día, en la palestra internacional se torna agudo el enfrentamiento entre las fuerzas antiimperialistas por la independencia y sus opositoras.



Los imperialistas encabezados por EE.UU. entablan bajo el rótulo de “antiterrorismo” la guerra agresiva violando la soberanía de otras naciones y amenazan la paz y la estabilidad mundial aumentando los gastos militares y las fuerzas armadas.



La situación requiere que cada nación tenga la fuerza física capaz de defender su soberanía.



La política de Songun concede preferencia al fortalecimiento de la capacidad militar, que es el factor decisivo de la lucha antiimperialista por la independencia.



El fortalecimiento de la fuerza militar es indispensable para la victoria de la causa socialista, empresa de las masas populares por la independencia, que conlleva inevitablemente la confrontación de vida o muerte con los imperialistas.



Estos actúan con frenesí para sojuzgar a otras naciones con la fuerza y dominar el mundo. Ignorando el derecho internacional y la ONU el imperialismo norteamericano desató la guerra agresiva contra Afganistán e Iraq, imponiendo a sus pueblos el agravio, humillación, calamidad y pena. Mientras existe el imperialismo no cesa su agresión y guerra, y sin la poderosa fuerza militar no se puede salir victoriosa en la lucha antiimperialista ni defender la soberanía del país y el destino de la población.



Hay que incrementar la capacidad militar para defender dignidad nacionales de la agresión imperialista y lograr la victoria de la causa socialista.



La política de Songun define la labor militar como el quehacer más importante del Estado y da preferencia al fortalecimiento de la fuerza armada.



Está destinada a consolidar las fuerzas revolucionarias en su conjunto cuyo núcleo es el ejército y preservar el socialismo y el derecho soberano nacional. Hoy Corea tiene el poderoso ejército preparado en lo ideo-político y en lo militar-técnico, la industria de defensa nacional independiente y moderna. Si hace un siglo sufrió la ignominia de ser ocupada por los agresores extranjeros, por no contar con poderosa fuerza militar, hoy enaltece la dignidad nacional.



La política de Songun permite mantener la posición independiente en la política al rechazar la intervención y arbitrariedad imperialistas.



La soberanía política constituye un índice importante de un Estado. El poder carente de la soberanía y obediente a la presión de las fuerzas foráneas no puede practicar la política independiente. Para defender la soberanía del país de la agresión imperialista y materializar su línea trazada conforme a la condición concreta de su país y los intereses de su nación es preciso poseer la poderosa fuerza militar que lo garantice.



La política de Songun permite llevar adelante el proceso revolucionario y constructivo de acuerdo con su idea y convicción enarbolando la bandera de la independencia en cualesquier circunstancias complejas y cruciales. Así como no tolera la intervención y la presión ajenas y decide y efectúa todas las labores según su deseo.



Hoy la Corea socialista elabora la línea y la política con adhesión a su propia idea, fe y decisión y desarrolla la economía, las ciencias y otros campos conforme a la situación del país y la aspiración de la población.



Mantiene la posición independiente también en las relaciones exteriores.



Es un hecho real que un país débil no puede tener su voz en la escena internacional ni defender la justicia y la conciencia. La política de Songun ha traído una poderosa capacidad militar que posibilita ejercer su derecho soberano y enaltecer la dignidad nacional en la situación compleja y aguda.



Un investigador de la historia militar de Rusia escribió así en su artículo:

“Para Corea, país con pequeño territorio, será muy difícil hacer frente al imperialismo. ...



Su pueblo, sin mirar ni seguir la batuta de otros, abre por su propia cuenta el camino de la prosperidad nacional. Su convicción inalterable, valentía, optimismo, su férrea voluntad de encarar sin titubeo a la presión y sanción imperialista emanan de la fuerza militar.”



El pueblo coreano está colmado de la disposición de seguir con fidelidad la política de Songun, que protege los intereses de las masas populares y la soberanía y dignidad nacionales